Después de que Carlos hiociera las presentaciones, me han enseñado cuál sería mi despacho. Es grande, pero muy acogedor. Tiene unos colores oscuros de madera, una amplia mesa, dos sillas de cuero negro a juego con un diván y con varias estanterías vacías. Unas lámaras en el suelo estrambóticas, de esas de cilindros largos, y una cadena de música junto a una mesa algo más pequeña con un ordenador.
Después de la visita "turística", hemos salido a celebrar mi nueva incorporación a una terraza de verano que había cerca de allí. He tenido la oportunidad de comer con los seis. Durante la conversación, y a ojo de buen ¿cubero?, creo que las edades deben ser las siguientes: Carlos, 29 años (este lo sé seguro porque fue compañero mio de facultad, aunque tiene un año más que yo). Rosa, su mujer, es algo mayor que él, debe rondar los 32. Rosaura, la argentina, no debe tener más de 27. Amanda, por lo que ha ido contando, tiene unos 36, es la mayor del grupo. Jaime "el gaditano", supongo que es de mi edad, unos 27-28 años. Marcos, el secretario, es menor, supongo que tendrá unos 23-24 años. Ha estudiado un ciclo superior de administración de empresas y contabilidad. Conoció a Carlos en una conferencia sobre trastornos depresivos que organizó la universidad de aqui. Le interesa todo ese tema.
Después de comer hemos ido a una cafetería algo más lejana, dando un paseo por la ciudad. Durante este café, Amanda ha comentado algo sobre su ex-marido, por lo que es divorciada y no tiene hijos (eso último también lo ha dejado caer). Es una mujer de aspecto dulce, con una larga melena negra y vestía de lino púrpura. Es elegante y bastannte radical en sus ideas.
En cuanto al "gaditano" y el secretario, pues de momento no tengo ni la menor idea de si son gays o no, como yo. Supongo que, poco a poco, se irá desvelando todo. Nos es que yo busque nada estable en este momento, hace poco que terminé una relación dolorosa y no me siento con fuerzas, pero tengo curiosidad por saberlo.
Y ahora, a las 17:00, he vuelto a casa. Echo de menos a mis amigos y todo lo que dejé allí. Lorena (mi mejor amiga), David (mi mejor amigo, gay también, aunque nunca nos atrajimos el uno por el otro), Estrella, Isabel... Mi hermana, y, como no, mi madre. He llamado a casa hace un rato, pero deben haber salido a comer fuera y no contestaban al teléfono... ahora sí que me siento algo más solo en esta ciudad. Pero tengo ilusión por el futuro y lo que esta nueva vida me depara...